Las exigencias laborales y tendencias corporativas están en continuo
cambio, las exigencias y competencias cada vez son mayores, pero el mundo cada
vez más pequeño, más globalizado, es normal ver ahora cómo es posible formar un
equipo que no necesariamente se encuentre en la misma localidad o incluso en el
mismo país.
Son vastas las
herramientas tecnológicas de las que estamos siendo testigos, como nunca antes,
el teletrabajo se vuelve ahora una solución tangible, ante diversos retos como
lo son las distancias, la adecuada
administración de la demanda del transporte, como solución a espacios físicos
en oficinas con un alto personal o simplemente como un beneficio a alguien que
necesite o prefiera trabajar desde su hogar o donde mejor considere o guste.
Se diferencian con lo
que antes se consideraba como “trabajo a domicilio” por la alta preponderancia de la informática y las telecomunicaciones,
que evoluciono de forma exponencial en los últimos tiempos dando múltiples
posibilidades que antes eran impensables, como tener exposiciones desde
diferentes partes del mundo, teleconferencias, entre otros. En este sentido,
entonces el teletrabajo se traduce como un concepto de continua construcción de
labores a distancia, donde se torna aceptable considerar las responsabilidades
igualmente exigidas de forma presencial, es decir es un privilegio pero también
un compromiso que se debe tomar con excelencia profesional.
Pero, ¿entonces cómo evoluciona
el papel que debe jugar ahora el director de proyectos? Porque si es claro que
la forma de trabajar cambiar, paralelamente cambia la forma y los nuevos retos
de gerenciar de esta manera un proyecto. El director debe ser capaz de guiar a
su equipo tal vez incluso de una manera más atenta en su control, debe saber
establecer las labores por objetivos, en lugar de cómo muchas oficinas
funcionan donde las labores puedan
parecer casi operacionales, y estos objetivos deben ser guiados bajo un adecuado
control del cronograma asignado.
Para el gerente también se
vuelve imprescindible los niveles de confianza en su equipo de trabajo, y el
saber delegar funciones, dejando clara la interdependencia que los diferentes
entregables tienen con los otros miembros del equipo, así como diversos
traslapes entre estos para que no generen atrasos o excusas entre los miembros.
El gerente debe manejar una alta
habilidad en la gestión de las comunicaciones, debe saberse expresar de forma
adecuada y clara, usando las telecomunicaciones, pues es claro que no es lo
mismo el darse entender de esta forma que de forma presencial, debe saber
transmitir incluso emociones que desea transmitir incluyendo el tipo de influencia que desea ejercer, o
bien la motivación a usar, asi sea desde exhortativa hasta entusiastas.
Además un reto importante, es
que por costumbre, el humano en su propio sitio de confort suele perder el
sentido jerárquico, un director debe saber manejar estas situaciones para
mantener el respeto que se le debe tener ante las exigencias del proyecto y a
la vez canalizarlo hacia lo positivo, como la alta agilidad que esto brinda en
las tomas de decisiones.
Adicionalmente, debe tratar de
guiar a los miembros del equipo, a que sientan identificados con los valores de
la empresa y las necesidades especificas del proyecto, debe haber un nivel de
involucramiento tal, que cualquier logro de éste lo sienta como propio, que
haya satisfacción personal y grupal en cada uno de los entregables, pero
sobretodo que surja un sentimiento de lealtad, problema muy frecuente al haber
libertad horaria. Ahí surge nuevamente la confianza que se le tenga al equipo y
el saber elegir y distinguir a personas con madurez profesional, que no
compartan informaciones, trabajen según
cronograma, y sean responsables, que la sumatoria de sus competencia se dirijan
en beneficio del proyecto y no al peligrarlo.
Otro alto reto que debe tener
presente un director de proyectos es que en definitiva se vuelve más difícil la
socialización y participación del trabajador, factores importantes en la
fluidez características que debe terminar adquiriendo un equipo de trabajo,
pues va de la mano con la involucración e identificación con la empresa y
proyecto antes mencionado. Es por tanto que ahí se recomienda se trate de hacer
reuniones semanales o aunque sea mensuales de forma presencial según las
necesidades que se posea, o bien si esta se ve de toda imposibilitada se
recomienda creatividad por parte del director, ya sea a través de plataformas
sociales o dinámicas grupales sin que se sientan incómodos o infantiles, pero
que sirvan como crecimiento como grupo.
También debe saber llevar a un
nivel mínimo y adecuado el manejo de los instrumentos involucrados en las
telecomunicaciones, pues existen personas aun que no saben usarlas sino solo de
forma básica; y además asegurarse de que tengan adecuado acceso a ellas, pues
se pueden convertir en claras falacias de excusas hacia responsabilidades
tecnológicas ante los entregables, frases como no tuve internet, no se manejar
el programa, entre otras, no deberían ser nunca excusas aceptables.
Un director de proyectos, debe
recibir con brazos abiertos, las nuevas formas de trabajar y las nuevas
tendencias nunca se deben quedar atrás sino debe ser totalmente anuente al
cambio y el teletrabajo no es la excepción. Debe saber explotar el mundo de
posibilidades y nuevas ventajas que acarrea esta forma. Y sus amplias destrezas
gerenciales y profesionales deberán saber traducirse y trasladarse en su equipo
de trabajo y lo que se espera de ellos.
Conclusiones
- · El teletrabajo presenta desventajas pero mediante la adecuada canalización y gestión se llega a un mucho mayor número de beneficios.
- · Los retos de un director de proyectos incluye la alta motivación hacia su equipo y una adecuada gestión de la comunicación a través de la distancia presencial.
- · Se vuelve imprescindible el saber elegir el equipo, y la confianza que se tenga en ellos, saber canalizar la importancia de la consistencia e interdependencia de los entregables de cada uno de ellos, y la adecuada delegación de funciones.
Recomendaciones
- · Se recomienda creatividad por parte del director para mantener niveles de socialización necesarios para la fluidez del proyecto, y lealtad hacia el proyecto. Debe saber mantener motivación e integración del equipo para que nazca identificación hacia este.
- · El director de proyectos debe saber prepararse y estar abierto a las tendencias de manejo de equipo mediante la mejora continua, no puede esperar que las formas de trabajar que le sirven hasta ahora le sirvan para siempre.
- · Debe mantenerse una adecuada actualización en el campo de las telecomunicaciones y en las destrezas tecnológicas dentro de nuestras áreas funcionales, pues es definitiva la era de la información y el manejo de esta.